Interesante conclusión de un reciente estudio de la universidad de Stanford.
La universidad de Stanford analizó los datos de los celulares smarthphone de 717.527 personas en todo el mundo, en un total de 68 millones de días de actividad. Los investigadores concluyeron que una gran “desigualdad en la actividad”, un país donde hay una gran brecha entre quienes caminan mucho y quienes no lo hacen, era un fuerte indicador de los niveles de obesidad del país.
Esta brecha de género respecto de la cantidad de pasos por día solía ser más grande en países con altos niveles de obesidad, lo cual expone más a las mujeres a tener problemas de salud relacionados con la falta de ejercicio.
En Suecia tanto hombres y mujeres caminan casi la misma cantidad de pasos cada día. Sin embargo, en Qatar, las mujeres caminan en promedio un 38 por ciento menos de pasos por día que los hombres. [adsense]
Cuestión social
“Si una persona no camina mucho, quizás sea por pereza. Pero si cientos de miles de personas –especialmente mujeres– no caminan mucho, no es un problema de pereza individual, sino una cuestión social”, afirma el investigador de Stanford, Tim Althoff.
“Está claro que, en promedio, las mujeres son más bajas que los hombres, y eso generalmente se traduce en piernas más cortas. Si eres más baja, en realidad deberías tener que dar más pasos”.
Althoff asegura que está diferencia puedes ser por diferentes variables, desde diferencias culturales respecto de los roles de género, hasta cuestiones de planificación urbana, la brecha de género es mucho menor en ciudades más “caminables”.
Pero al preguntar a las mujeres de todo el mundo sobre sus hábitos a la hora de caminar, todas te hablaran del mismo problema: la seguridad personal.
Según Holly Kearl, fundadora de Stop Street Harassment, tener que utilizar un transporte en lugar de caminar, hace que la seguridad se convierta en un privilegio. Las mujeres que pueden elegir no caminar son las que tienen los medios para pagar un transporte. Lo cual dificulta especialmente a las adolescentes el acceso a estas medidas de seguridad.
En informe de Children’s Society demostró que una de cada tres niñas de entre 10 y 17 años afirman sentirse atemorizadas cuando las sigue un extraño. Muchas niñas han asegurado que hombres en coches les han “pitado” mientras llevaban puesto el uniforme de la escuela.
“Conocemos muchísimas mujeres que han tenido que coger el transporte público, o pagar un taxi, o coger el coche y luego pagar el parking,” dice Kearl. “Las mujeres deben pagar para sentirse seguras”.
La salud
Según el Public Health England (PHE), los británicos son un 20 por ciento menos activos ahora de lo que eran en los años 60. Ya que se calcula que cada año una persona británica camina un promedio de 24 kilómetros menos que el año anterior. Y los investigadores de Stanford concluyeron que las mujeres británicas caminaron un promedio de 1 mil 074 pasos por día menos que los hombres. Lo que significa casi 400 mil pasos menos cada año.
Según el profesor Sir Muir Gray, asesor de la campaña One You de PHE para fomentar el caminar, esta realidad se traduce en desigualdad en cuestiones de salud. Pues la mayoría de los trabajos actuales son sedentarios. “La gente pobre suele ser menos activa que la gente rica, porque generalmente los pobres pasan más horas trabajando sentados”, dice Gray. “En general, esto contribuye a una brecha social”.
¿Pasas mucho tiempo sentado? ¡Cuidado! Puede ser muy peligroso.
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