Blair añade que determinados puestos de trabajo están más expuestos a este problema que otros, las personas que trabajan en centros comerciales tienen que soportar horas y horas de música navideña repetitiva que se cobra su precio a nivel psicológico y que en muchos casos contribuye a dolencias como el estrés o la depresión.

Según una encuesta realizada por el Tampa Bay Times, algunos establecimientos comienzan a poner villancicos a mediados de octubre. El hecho de que siempre sean las mismas y se repitan una y otra vez no ayuda a desconectar de unas fiestas que son muy estresantes para más de uno.