A petición de un grupo de senadores de Estados Unidos con los que se reunió en Palacio Nacional, el presidente mexicano envió la carta a Xi Jinping el 22 de marzo para buscar controlar el tráfico de fentanilo.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, reveló una carta que envió al presidente chino, Xi Jinping, solicitando su cooperación para controlar y supervisar los envíos de fentanilo hacia México.
El presidente de México envió la carta el 22 de marzo, después de una reunión con senadores demócratas y republicanos de Estados Unidos en Palacio Nacional.
Durante la conferencia de prensa matutina de ayer, leyó la carta enviada a Xi Jinping en respuesta a los comentarios del senador republicano Lindsey Graham, quien acusó a México de ser responsable de la crisis de fentanilo en los Estados Unidos y se identificó como alguien que apoya el uso de las Fuerzas Armadas estadounidenses para combatir a los carteles de drogas mexicanos.
En la carta que envió al presidente chino, López Obrador aclara que su solicitud no es en respuesta a las amenazas de algunos legisladores estadounidenses, sino una petición humanitaria para que China ayude a controlar los envíos de fentanilo hacia México.
En la petición, se solicita controlar los envíos de fentanilo de China a México, con información sobre importadores, cantidad, embarques, puertos y tipo de sustancia. El objetivo es tener mayor control sobre la droga, que solo se permite para fines médicos y tiene pocas importaciones legales.
“Debo mencionarle que esta petición es también del interés de legisladores de Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos, que son políticos respetuosos, sensatos y amigos de México, y que actúan motivados por la preocupación genuina en el bienestar de sus ciudadanos y la salud pública de su país”
El canciller Marcelo Ebrard rechazó las afirmaciones del senador estadounidense Lindsey Graham, quien acusó a México de ser productor de fentanilo y no hacer lo suficiente para combatir su tráfico. Ebrard afirmó que Graham es injusto en sus acusaciones, ya que México no es el origen del problema y que el 86% de las personas en prisión por tráfico de fentanilo son de origen estadounidense.