Maravillas escondidas del Estado de México
El Estado de México es un vecino lleno de sorpresas sí, es mucho más que sólo Satélite y los suburbios de la periferia que aguardan a unos cuantos kilómetros. Te proponemos tres destinos y rutas idóneas para escapar de la ciudad y redescubrir una entidad llena de misticismo, leyendas y aguas termales.
Ixtapan de la Sal
Recorre el centro lleno de calles empedradas y el jardín central, donde se localiza la parroquia de la Asunción, construida en el siglo XVI. En las inmediaciones del zócalo podrás degustar agua de lima, mole o un rica pancita; también, comprar artesanías de madera y alfarería.
Placer en uno de sus spas
Cierra el día de modo brillante disfrutando un masaje de fango aplicación de lodo del manantial termal en todo el cuerpo, cuyo resultado es una piel exfoliada suave y tersa. El sitio ideal es el Parque Acuático Ixtapan, uno de los balnearios más grandes de Latinoamérica, donde gozarás de una tina romana de la que brota agua termal que alcanza los 39 °C.
Tip: Visita Tonatico, poblado a 5 km de Ixtapan, Estado de México, que se distingue por sus calles adoquinadas, faroles y casas de adobe pintadas de rojo y blanco. Desayuna aquí antojitos típicos, como sopes y gorditas de chicharrón. Después, aprovecha para conocer las Grutas de la Estrella y las hermosas cascadas de su interior.
El Oro
Fue una de las primeras ciudades cosmopolitas del país, con habitantes europeos, chinos y estadounidenses, gracias a la fiebre del oro que predominó a principios del siglo XX. Esta herencia aún es observable en edificios que contienen el sello clásico de la arquitectura del Porfiriato. Un ejemplo es el Teatro Juárez, construido para celebrar el centenario de la Independencia, por cuyo escenario desfilaron figuras como Enrico Caruso.
No te pierdas el Museo del Ferrocarril: desde aquí se transportaba el mineral a la CDMX. Aquí puedes comer en el restaurante Vagón Express Minero, un carro de los años 40. En su interior viajarás por el tiempo hasta el esplendor áureo del pueblo. No puedes irte de El Oro sin haber probado la cola de macho, un dulce típico de piloncillo y frutas secas.
Malinalco
Ponte un sombrero que te proteja del sol de Malinalco y sube a la famosa pirámide de la zona arqueológica de Cuauhtinchan centro de reunión de los guerreros mexicas; después, haz una cabalgata por la zona natural de Los Diablitos o una visita guiada por el ex convento agustino.
Otra de las nuevas atracciones de este Pueblo Mágico es el Museo de los Bichos: museo vivo con especies endémicas, en donde podrás tocar y ver de cerca desde serpientes hasta mantis religiosas. Y para continuar con el sentido cultural, vete al Museo Luis Mario Schneider, que presenta una interesante combinación entre obras prehispánicas y un jardín etnobotánico.
Para comer, en El Zaguán hay diario un menú distinto de comida casera. O aventúrate a Las Truchas, un criadero donde puedes pescar y preparar truchas al mojo de ajo o gratinadas al momento.