Temor a la delincuencia obliga a saltillenses a vivir encerrados en sus viviendas.
Presos en sus propias casas y con el temor a ser víctimas de la delincuencia, amanecen los vecinos de este sector, debido a inseguridad que viven desde hace meses.
Karina Hernández, vecina del sector, manifestó que ya no se siente libre y segura en casa; su pequeño ya no puede salir a jugar y las labores las tiene que hacer a puerta cerrada por el temor a ser atacada por los malandros.
Los robos son cotidianos en esa cuadra, por lo que ya se han acostumbrado a vivir a diario con el temor a ser atacados, sin embargo, luego del asesinato del dueño de una tienda en días pasados, Karina improvisó una barda y colocó doble candado como medida de prevención.
Los vecinos sospechan de un grupo jóvenes de colonias cercanas que de vez en cuando pasa por la calle con mucha prepotencia: “No los conocemos, pero sí los vemos por acá, pasan muchos pandilleros, malandros y drogadictos, se aprovechan que no sabemos de ellos para sacar ventaja”, aseguró Karina.
Los residentes han intentado diversos métodos para exigir más seguridad en la calles, como la creación de un comité para recabar firmas, una reunión vecinal y hasta manifestación en la caseta, sin embargo, nadie les hace caso.
A espaldas de la última calle con vivienda se encuentra una brecha habilitada como basurero, por lo que los delincuentes aprovechan para entrar y salir por ahí sin problema de ser descubiertos.