El Templo de Santo Domingo fue edificado por la Orden de los Jesuitas entre los años de 1746 a 1749. Bendecido y consagrado el 24 de mayo de 1750, fue abandonado en 1767 tras la expulsión de los Jesuitas, siendo ocupado (junto con el convento) en 1785 por la Orden de los Dominicos que lo convirtieron en el segundo más importante de la ciudad, después de la Catedral de Zacatecas.
Templo de Santo Domingo desde las alturas
Su fachada, sobria portada barroca, preside la Plaza Santo Domingo ubicada en el Centro Histórico de Zacatecas. Su rico interior conserva ocho retablos de madera estofada en lámina de oro y un principal dedicado a la Virgen de Guadalupe.
Fachada de Sto. Domingo
En su sacristía de forma octogonal, se pueden apreciar ocho lienzos del Siglo XVIII, obras del pintor y dorador Francisco Martinez, representando las escenas más dramáticas del Vía Crucis.
Cabe mencionar que el Templo de Santo Domingo es el único templo de la ciudad con este tipo de retablos coloniales.
En la parte del coro, aún se conserva un inmenso órgano barroco, realizado a mediados del siglo XVIII. Podrán observar que, aunque está un poco deteriorado, se relucen las flautas ornamentadas con pequeñas caras. Esta última característica es lo que lo hace único e irrepetible en México.
Órgano del Templo de Sto. Domingo