Hace 32 años la ciudad de México sufrió uno de los más devastadores terremotos de la historia .

Desde ese momento se hace un simulacro voluntario para conmemorar el hecho. Cada que se cumple esa fecha, en Ciudad de México nos levantamos temprano esperando la señal de alarma.

Este martes no fue la excepción. Muy puntuales millones de ciudadanos acudieron al simulacro, siguieron las indicaciones de los funcionarios de la Protección Civil. Salieron en filas, se ocultaron en las mesas y se comportaron como se debe frente a la amenaza de un sismo. Pero dos horas después todas esas indicaciones se olvidaron.  [adsense]

El terremoto de 7,1 en escala Ritchter nos sorprendió a los mexicanos y no hubo simulacro que evitara el caos. Los mismos que horas antes hacían caso de las indicaciones anti sísmicas, corrían desesperados hacia las puertas quebrando todas las reglas que habían cumplido horas antes.

Hasta el momento se calcula que el sismo ha dejado en México más de doscientos muertos. Sin embargo, la cifra podria aumentar.  México recibía entonces, por esos caprichos del destino, un nuevo sismo el 19 de septiembre. Un evento que, de acuerdo con los expertos, es imposible de predecir.

El sismo de este martes llegó tan solo 11 días después del mayor terremoto registrado en México. Con epicentro en la zona marítima del estado de Chiapas, el movimiento de 8,2 grados en la escala de Richter dejó 65 muertos y que afectó a otras regiones como Hidalgo, Puebla, Veracruz y la Ciudad de México. Pero el de este martes fue más devastador, porque su epicentro se dio en el estado de Morelos, en una zona urbana.

Redes sociales

En redes sociales se han preguntado si era posible predecir el terremoto ya que once días atrás se había dado un sismo. Los especialistas señalan además que, una vez que ha sucedido un terremoto de una gran magnitud, es posible que se registren decenas o centenares de réplicas durante los días o las semanas siguientes.

Sin embargo, de acuerdo con opiniones de expertos en la materia,  estos sismos no tienen nada que ver el uno con el otro. De hecho, de acuerdo la única relación que tienen ambos movimientos telúricos es que son producto de la alta sismicidad de ese país. “México se encuentra en una zona de alta sismicidad debido a la interacción de cinco placas tectónicas: Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y del Caribe”, explican una experta.

El temblor de este martes ocurrió por los movimientos de dos de esas placas. “El sismo se dio gracias a la subducción de la placa de Cocos por debajo de la de Norteamérica. Es decir, la mayor parte del territorio mexicano está sobre la placa de Norteamérica y debajo de ella se está metiendo la placa de Cocos, lo que provocó el sismo”.

Esto, en otras palabras, significa que la primera porción de la litosfera (la capa sólida superficial de la tierra) se introduce por debajo de la segunda placa, lo que da lugar a sismos de forma más o menos frecuente.

Mientras que el ocurrido el pasado 7 de septiembre tiene que ver el acercamiento de dos placas tectónicas, las de Cocos y del Caribe.

Servicio Sismológico Nacional

Tal y como recuerda el propio Servicio Sismológico Nacional mexicano “México se encuentra en una región de alta sismicidad, donde se dan en promedio cuarenta terremotos por día”.

Sin embargo, y contrario a lo que se ha dicho en redes sociales, el Servicio Sismológico Nacional mexicano ha reiterado que “ningún método o tecnología actual permite conocer cuándo ocurrirán (los terremotos). Los sismos no se pueden predecir”.

La razón de la alta sismicidad del país manito tiene que ver con su ubicación. Además de las placas de Cocos y Norteamérica, que han provocado el temblor más reciente en el país, existen otras tres placas (Rivera, Pacífico y Caribe). Sus desplazamientos también pueden dar lugar a fuertes sismos.

Aquí imágenes del terremoto desde un drone.